
Estoy aquí junto a vosotros. He bajado a la tierra como un bólido, porque mamá está impaciente por hablar conmigo, ha esperado mucho tiempo y ahora desea oír mi vos.
Mamá, soy tu hijo tu hermoso niño, el más bello como tú decías. Y lo soy realmente, porque además de bello estoy resplandeciente. Mi cuerpo tan hinchado lo dejé allá abajo. Y no me importa nada porque ya no me sirve más.
Soy Luminoso, y estoy sano y feliz. Mis manos son bellísimas, mis piernas muy fuertes, pueden correr y hasta pueden volar…
Quiero darte un don mamá: volaré alrededor tuyo y sentirás mi perfume.
¡Mi mamá, que está luchando con todas sus fuerzas!
Ciento que muchas veces tendrías ganas de gritar, pero enseguida el pensamiento de Dios te retiene. Es así mamá: Dios no quita nada. Él siempre da…
Estoy presente en mi casa. No creas que estás sola. Te pido mamá que dejes de acariciar mis cosas… más bien eleva tus ojos y busca los míos: estoy allí y te miro.
Con la ayuda de Dios estás caminando mucho y te llevarás mucha alegría alrededor tuyo.
¡Estoy felicísimo! Mamá, tu quieres saber muchas cosas sobre mi. ¿Por qué Dios me ha querido llevar? No lo se.
Nadie sabe la voluntad de Dios, pero puedo decirte que a través de mi partida, el señor Jesús llevará las almas al Cielo.
Tengo una gran tarea: asisto a los pobres enfermos, especialmente a los jóvenes y luego los acompaño hasta el señor Jesús.
No pasé por el purgatorio, entré en el Cielo entre cantos de alegría. Todos me hicieron fiestas y Jesús me abrazó. Apoyé mi cabeza sobre su pecho y allí… oré por ti.
Mamá, tu no podrías imaginar como estoy, y cuan hermoso es vivir sin miedo!
Te amo y amo todo. He dejado mi bicicleta, mi Zanellita, pero no importa… ¡era bonito sentir el viento en mi cabello! ¡Ahora estoy siempre en el viento de la alegría!
Mamá, pon una flor en la mesa el domingo, y comprenderás que estoy con vosotros! Mira esa flor… y tu me verás.
Te amo, te amo mucho.
He sentido llorar muchas veces a papá, solo y en silencio.
Querido papá, yo te abracé sobre mi corazón y te consolé. Papá lee los Santos Evangelios y comprenderás mejor las palabras de Jesús.
Te amo, hasta pronto!!!
Nacho.
Con todo el cariño y fuerzas de mi corazón, Karina Gómez. 20/09/09
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